Gastón Olveira fue atacado durante una entrevista después del clásico ante Cerro Porteño y respondió con insultos ante las cámaras.
El clásico paraguayo entre Olimpia y Cerro Porteño terminó en un verdadero escándalo cuando Gastón Olveira, arquero del Decano, fue agredido mientras daba una entrevista en vivo. El uruguayo, figura indiscutida del empate 1-1, reaccionó con furia frente a las cámaras luego de recibir el impacto de un objeto arrojado desde la zona del cuerpo técnico rival.
"¿Qué hacés, muerto, la con...?", gritó visiblemente fuera de sí, antes de que la transmisión fuera abruptamente interrumpida. El partido había tenido un desarrollo intenso y cargado de tensión. Olveira, de 31 años, se convirtió en héroe al atajar dos penales consecutivos al argentino Jonathan Torres: el primero fue repetido por adelantamiento, pero el arquero volvió a lucirse y detuvo también el segundo.
Su actuación fue clave para mantener el empate, y los medios locales lo eligieron como la figura del encuentro. Mientras analizaba el partido ante las cámaras, un proyectil -según testigos, una botella- cayó cerca suyo, lo que desató su reacción inmediata.
En las imágenes se lo ve señalando hacia el banco de suplentes de Cerro Porteño, donde estaría el presunto agresor. El incidente generó confusión y el canal cortó la transmisión, lo que multiplicó la indignación en redes sociales, donde muchos reclamaron transparencia y criticaron la falta de seguridad.
Minutos antes, Olveira había destacado el esfuerzo del equipo pese a jugar gran parte del encuentro con un jugador menos, tras la expulsión de Paredes a los 33 minutos del primer tiempo. En el cierre, también vio la roja Richard Ortiz, lo que incrementó el clima caliente del clásico.
El arquero, ex River Plate de Uruguay y convocado en su momento a la selección charrúa, abandonó el campo de juego enfurecido, gesticulando y exigiendo sanciones para los responsables. Las autoridades de la Asociación Paraguaya de Fútbol ya abrieron una investigación para identificar al agresor y evaluar posibles sanciones disciplinarias.
El episodio empañó lo que debía ser una tarde de fútbol memorable. La figura del encuentro terminó siendo víctima de la violencia, un problema recurrente en los estadios sudamericanos que sigue sin encontrar solución definitiva.