Calles teñidas de azul y un clima de emoción acompañan la celebración.
La tarde mendocina se viste de azul: Independiente Rivadavia vive la fiesta de su primera estrella. El Bautista Gargantini es el epicentro de una jornada inolvidable en la que los hinchas leprosos celebran la histórica consagración en la Copa Argentina y reciben al equipo de sus amores, que enfrenta a Central Córdoba en el regreso a casa.
Pasaron 23 días desde la última vez que el conjunto azul jugó en el Gargantini. En aquel encuentro ante Banfield, el presente del equipo generaba algunas dudas, pero el destino tenía preparado un cierre de año soñado. De la mano de Alfredo Berti, Independiente Rivadavia eliminó a River y luego a Argentinos Juniors, convirtiéndose en el primer club del Oeste argentino en bordar una estrella en su escudo.
Desde temprano, los alrededores del estadio se llenaron de hinchas que llevaron banderas, camisetas y bombos para acompañar al campeón. Familias enteras, amigos y generaciones de leprosos se reunieron para agradecer y festejar lo que hasta hace poco parecía un sueño.
Pasadas las 18, la calle Arístides Villanueva comenzó a teñirse de azul con caravanas, cánticos y la emoción desbordada de un pueblo que, tras años de lucha y pasión, puede gritar con orgullo: Independiente Rivadavia, campeón de la Copa Argentina.