En el partido estelar de la jornada de miércoles de la UEFA Champions League, el Manchester City se fortaleció en territorio ajeno y superó 2 a 1 al Real Madrid en el propio Santiago Bernabéu. Con este triunfazo, el equipo de Pep Guardiola se encamina firmemente a clasificar a los playoffs, mientras que el elenco Blanco ahonda en la crisis deportiva que atraviesa en las últimas semanas.

El Madrid pegó primero, pero el City reaccionó con contundencia

El trámite del encuentro fue entretenido y cambiante. El cuadro local sabía que tenía la obligación de obtener un triunfo y comenzó presionando, logrando la apertura del marcador a los 28 minutos de la etapa inicial gracias al gol del brasileño Rodrygo Goes. No obstante, esa presión le terminó jugando una mala pasada, y el equipo se fue desdibujando ante el buen trabajo colectivo del elenco inglés.

Antes del final de la primera mitad llegó el empate del City. Tras un córner, la jugada encontró el cabezazo de Gvardiol y una floja respuesta del arquero belga Courtois, situación que aprovechó la viveza de Nico O"Reilly para capturar el rebote y mandarla a guardar, generando un baldazo de agua fría en la Casa Blanca.

Instantes más tarde, la defensa madridista cometió un error crucial. Rüdiger tomó de la camiseta al gigante Erling Haaland y lo tumbó dentro del área. A través del VAR, el árbitro cobró penal y el propio delantero noruego se encargó de canjearlo por el segundo tanto, dándole la ventaja definitiva a los visitantes.

A partir de allí, el Madrid, que no contó con figuras clave como Mbappé ni Mastantuono, fue puro nerviosismo y buscó por todos los medios contrarrestar los dos golpes sufridos antes del descanso. Sin embargo, careció de puntería y sufrió en la definición, sin poder aprovechar las chances generadas en el complemento.

Jude Bellingham y Vinicius desperdiciaron oportunidades claras en la portería visitante, y la mala racha se confirmó cuando Endrick estrelló un cabezazo en el travesaño. El City aguantó con solidez defensiva y se llevó un triunfazo que lo acomoda en la parte superior de la tabla de la máxima competencia de Europa, dejando al equipo español sumido en la incertidumbre.