Frente a un aumento en el número de contagios luego de dos meses de baja en las cifras, el Instituto de Salud Pública de Chile autoriza el uso de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19.
El Instituto de Salud Pública de Chile autorizó este miércoles el uso de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 en momentos en que los nuevos contagios en el país trasandino muestran una leve pero sostenida alza.
La autorización se conoció luego de una prolongada reunión de un panel de expertos en el Instituto de Salud Pública (ISP) que votaron por unanimidad a favor del "uso excepcional en Chile"" de la vacuna de Pfizer, que cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Chile alcanzó acuerdos con varios laboratorios para asegurarse 32,4 millones de dosis para inocular a 16,2 millones de los 19 millones de habitantes del país.
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El director subrogante del ente regulador chileno, Heriberto García, señaló al término de la votación unánime que "hay una logística trabajada en el Ministerio de Salud para que haya vacunas con toda la cadena de frío y con todo el proceso logístico para que la vacuna llegue con eficacia y seguridad a las personas"".
La logística de la campaña es fundamental ya que la vacuna de Pfizer requiere ser mantenida a temperaturas extremadamente bajas -menos 70 grados centígrados- y este es un manejo que se dificultará en el caso de Chile, debido a sus 4.000 kilómetros de extensión.
El gigante Pfizer prometió a Chile 10,1 millones de dosis; AstraZeneca/Oxford, 14,4 millones, y otros ocho millones serán suministrados por la iniciativa mundial Covax, que busca que la vacuna llegue a todos los países. Además, mantiene acuerdos con otras farmacéuticas, como la china Sinovac y la estadounidense Johnson & Johnson.
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No se ha informado el valor de las vacunas que llegarán progresivamente al país y cuya inoculación masiva comenzará el primer trimestre de 2021. La meta del gobierno es vacunar al 80% de la población y según la proyección la vacunación será voluntaria y gratuita.
Como en otros países, Chile priorizará al personal de la salud, los conductores del transporte público y las fuerzas armadas, según el Plan Nacional de Vacunación.
Chile, que llegó a estar entre los países con más contagiados de la región, mantuvo una meseta durante varios meses en los que promedió los 1.300 a 1.500 nuevos infectados diarios. Pero en las últimas dos semanas empezaron a aumentar los nuevos casos, que el último domingo sobrepasaron los 2.100.
El presidente Sebastián Piñera había adelantado que en Chile no se usará ninguna vacuna que no cuente con la aprobación de la FDA y del ISP.
La infectóloga Jeannette Dabanch, quien lidera la Comisión Asesora de Vacunas e Inmunizaciones, dijo ayer que entre el personal de la salud también se vacunará en forma diferenciada ya que se priorizará a quienes están en contacto con los pacientes. En Chile hay 360.000 empleados en el sector sanitario.
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Un sondeo de la privada Universidad del Desarrollo preguntó a 932 personas qué harían si se autorizaba la vacuna sin costo: 39% respondió que se inocularía lo antes posible, 20,2% dijo que no se vacunaría y 21,6% indicó que lo haría sólo si era obligatorio. El resto señaló que aún no tenía una decisión tomada.
La encuesta se realizó el 10 y 11 de noviembre en 255 de las 346 comunas chilenas con un margen de error de 2,5 puntos porcentuales, según la ficha técnica del estudio.
Varias autoridades han remarcado la necesidad de desarrollar una campaña a favor de la vacunación que incluya a destacadas personalidades para influir favorablemente en la percepción de la vacuna.
Fuente: AP