Con 35 años de edad, Boric se lanzó a recoger firmas para inscribir su candidatura presidencial y competir en las primarias de la coalición “Apruebo dignidad”, que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista.
El diputado izquierdista chileno Gabriel Boric ganó el ballotage presidencial en Chile.
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Con 35 años de edad, Boric se lanzó en mayo pasado a recoger firmas para inscribir su candidatura presidencial y competir en las primarias de la coalición “Apruebo dignidad”, que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista.
Aunque dice que le “queda mucho por aprender”, asegura que quiere nutrirse de la “experiencia” de antiguos mandatarios a los que tanto criticó cuando era dirigente estudiantil y diputado, entre ellos los socialistas Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010; 2014-2018). Ambos le dieron un espaldarazo sin fisuras en las últimas semanas.
En estos casi siete meses de campaña ha modificado su discurso de chico rebelde que lideró las protestas estudiantiles de 2011 exigiendo “educación pública, gratuita y de calidad”, al de un socialdemócrata.
“Yo diría que su honestidad y transparencia, su apertura al diálogo, son dos de las mayores virtudes de Gabriel, y eso en un próximo presidente para Chile es crucial”, resaltó su hermano Simón Boric, periodista de 33 años en declaraciones a la AFP.
Boric nació en la austral ciudad de Punta Arenas, 3.000 km al sur de Santiago, en el seno de una familia de clase media de bisabuelos croatas y catalanes. Es el mayor de tres hermanos y emigró a Santiago para estudiar derecho en la Universidad de Chile, pero aún no se ha titulado.
En la campaña del ballotage pidió que “la esperanza le gane al miedo” frente a las críticas recibidas que lo tildan de “extremo” por su alianza con los comunistas.
Soltero y sin hijos, está en pareja hace casi tres años con la politóloga Irina Karamanos.
Sus detractores le reprochan su falta de experiencia para liderar un gobierno y sus posturas más extremas del pasado, por las cuales ha pedido perdón o ha declarado que fueron un error.
“Nuestra generación irrumpe en política el 2011 despercudiéndose un poco de los miedos que había generado la dictadura y los pactos de la transición”, dijo en una entrevista con AFP antes de la primera vuelta.
Aludió así a la Concertación, coalición de centro-izquierda que desde 1990 gobernó buena parte de los 31 años de democracia, y que hoy yace desintegrada y desprestigiada como reflejo de la gran crisis de confianza institucional, pero que en segunda vuelta se cuadró detrás de su figura.
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Si llega a ser presidente quiere “asegurar un estado de bienestar para que todos tengan los mismos derechos, sin importar cuánta plata tienen en la billetera”.
“Si Chile fue la cuna del neoliberalismo en Latinoamérica, también será su tumba”, expresó en su proclamación como candidato.