De esta manera, Europa alcanza la afluencia más rápida de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, con Polonia como el primer país receptor.
La agencia de refugiados de la ONU, Acnur, informó que más de 3,5 millones de personas huyeron de Ucrania desde la invasión de Rusia, superando una nueva marca, en un éxodo que amenaza con convertirse en la peor crisis de refugiados de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
"Este es verdaderamente otro hito trágico para el pueblo ucraniano" y se ha producido "en poco menos de un mes", expresó el vocero de Acnur, Matthew Saltmarsh, en declaraciones a la prensa en Ginebra.
El Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur) contabilizó este martes exactamente 3.557.245 refugiados ucranianos, 67.601 más que el lunes, según recogió la agencia de noticias AFP.
Europa no había visto una afluencia tan rápida de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
Según Unicef, más de 1,5 millones de niños se encuentran entre los que huyeron. Esto llevó a las agencias de la ONU, pero también a Europol, a advertir repetidamente sobre los riesgos de explotación para las mujeres y menores.
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"Las personas con problemas de salud necesitan una evacuación urgente y el envío a consultas de especialistas, para garantizar que el tratamiento continúe. Hay niños y adultos con cáncer que necesitan diálisis", expresó Paloma Cuchi, representante de la OMS en Ucrania.
Solo Polonia alberga a más de la mitad de todos los refugiados: en torno a seis de cada 10. En total, desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero, 2,1 millones personas se refugiaron en este país, según el recuento de Acnur. De ellos, "alrededor de dos tercios quieren quedarse en Polonia”, según la representante.
Le sigue Rumanía, con 543.308 personas, y Moldavia, pequeño país de 2,6 millones de habitantes y uno de los más pobres de Europa, en el que entraron 367.913 personas. Pero en el caso de estos dos Estados, muchos refugiados pretenden seguir adelante.
Por su parte, Hungría recibió 317.863 refugiados hasta el momento mientras que 253.592 ucranianos se refugiaron en Eslovaquia y casi la misma cifra, 252.376, lo hicieron en Rusia.
La agencia de la ONU señaló asimismo que otras 113.000 personas habían cruzado a Rusia desde los territorios separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk.
Cuchi también se refirió al trauma que están viviendo estas personas que abandonaron sus hogares.
Según evaluó la experta desde Polonia, unos 500.000 refugiados podrían necesitar ayuda psicológica debido al conflicto.
"Medio millón de refugiados pueden tener trastornos psíquicos debido al conflicto, y alrededor de 30.000 personas presentan trastornos psíquicos graves", expresó Cuchi, citada por la agencia de noticias Sputnik.
Cuchi señaló que en la actualidad el acceso a la atención médica en Ucrania es muy limitado, los refugiados pasan varios días esperando la oportunidad de cruzar la frontera, sin alimentos ni agua potable, los niños están cansados y preocupados, las personas de edad avanzada no tienen medicamentos, lo que provoca la descompensación de la diabetes, subidas de la presión arterial y otros problemas de salud, mientras las mujeres embarazadas carecen de atención prenatal.
Al comienzo de la guerra, el 24 de febrero, Acnur anticipó que unos 4 millones de personas podrían abandonar Ucrania, una cifra que esta siendo reevaluada.
Los flujos de salida se ralentizaron en los últimos días después de alcanzar un máximo diario de más de 200.000 en dos días consecutivos a principios de marzo.
La Organización Internacional para las Migraciones estima que casi 6,5 millones de personas están desplazadas internamente dentro de Ucrania, lo que sugiere que muchas de esas personas podrían huir al extranjero si la guerra continúa.
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Por su parte, el secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, remarcó que "la guerra en Ucrania no va a ninguna parte y se está volviendo más destructiva e impredecible a cada momento", al tiempo que aseguró que ese conflicto bélico "es imposible ganar y la única salida es negociar la paz".
"La guerra en Ucrania no va a ninguna parte, pero va rápido. Se está intensificando, volviéndose más destructiva e impredecible a cada momento", indicó Guterres al cumplirse un mes de la incursión militar rusa en territorio ucraniano.
El titular de las Naciones Unidas recordó en declaraciones a la prensa que la invasión viola la Carta de la ONU y que causó un sufrimiento y destrucción atroces en ciudades y poblados, donde los civiles viven aterrorizados por los bombardeos a "hospitales, escuelas, edificios residenciales y refugios".
"Continuar la guerra en Ucrania es moralmente inaceptable, políticamente indefendible y militarmente absurdo. Es hora de detener la lucha y darle una oportunidad a la paz. Es hora de poner fin a esta espantosa y absurda guerra", señaló.
Asimismo, amplió: "Desde hace más de dos semanas, Mariúpol está rodeada por el ejército ruso, que la bombardea y ataca sin descanso. ¿Para qué? Aunque Mariúpol caiga, Ucrania no puede ser conquistada ciudad por ciudad, calle por calle, casa por casa. El único resultado de todo esto es más sufrimiento, más destrucción y más horror hasta donde alcanza la vista".
Guterres informó que diez millones de personas abandonaron sus casas al huir de la violencia y buscando seguridad, según reportó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Asimismo, reiteró el alcance global del conflicto y destacó el impacto que ya está teniendo en todo el mundo.
"El pueblo ucraniano está soportando un infierno viviente, y las repercusiones se están sintiendo en todo el mundo con un aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes que amenaza con convertirse en una crisis mundial de hambre", precisó.
Además, atribuyó a la carga de la pandemia de Covid-19 y la falta de financiamiento para soportarla que ya antes de la guerra afectaba a los países en desarrollo y agregó que ahora también ellos están pagando el algo precio de la conflagración.
Más allá del escenario que se genera en Ucrania, Guterres atisbó una luz de esperanza y aseguró que a partir de su contacto con varios actores, se vislumbran elementos de avance diplomático en varios puntos clave.
"Hay suficiente sobre la mesa para cesar las hostilidades y negociar seriamente ahora. Esta guerra es imposible de ganar. Tarde o temprano, tendrá que pasar del campo de batalla a la mesa de paz. Esto es inevitable", afirmó.
Guterres insistió en que esta guerra no tendrá ganadores, sólo perdedores y cuestionó cuántos ucranianos y rusos más deberán morir y cuántas personas más tendrán que pasar hambre antes de que paren los enfrentamientos.