La advertencia llegó luego de que Donald Trump afirmara que no podía descartar una guerra con el país caribeño.
La escalada de tensión entre Estados Unidos y Venezuela sumó un nuevo capítulo durante la cumbre del Mercosur que se desarrolla en Foz de Iguazú, donde el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, alertó que una eventual intervención militar contra el régimen de Nicolás Maduro tendría consecuencias humanitarias devastadoras para la región.
Durante su discurso ante los jefes de Estado del bloque sudamericano, Lula señaló que Sudamérica vuelve a estar bajo la amenaza de la presencia militar de una potencia extrarregional y fue categórico al definir el escenario: "Una intervención armada en Venezuela sería una catástrofe humanitaria". El mandatario brasileño compartió el encuentro con otros líderes regionales, entre ellos el presidente argentino Javier Milei, en una cumbre atravesada por diferencias políticas y posturas encontradas sobre la situación venezolana.
El presidente de Brasil, que en los últimos meses se ofreció como mediador entre Caracas y Washington, recordó que mantuvo conversaciones telefónicas tanto con Trump como con Maduro y sostuvo que el escenario internacional actual parece inclinarse más a la confrontación que al diálogo. En ese marco, utilizó como ejemplo la inauguración de un nuevo puente entre Brasil y Paraguay para reforzar su idea de que las fronteras no deben ser vistas como amenazas a la soberanía, sino como espacios de integración y circulación.
"Las verdaderas amenazas a nuestra soberanía son de otra naturaleza. Son las guerras, las fuerzas antidemocráticas y el crimen organizado", afirmó Lula, al tiempo que advirtió que el debilitamiento institucional en varios países de la región facilitó el avance de organizaciones criminales. En ese sentido, destacó que el Mercosur adoptó en los últimos meses herramientas conjuntas para enfrentar el delito organizado, como acuerdos de recuperación de activos y medidas de protección para niños y adolescentes en entornos digitales.
La reunión dejó en evidencia tensiones internas dentro del bloque. Brasil se negó a respaldar una resolución impulsada por Argentina y Paraguay para condenar las violaciones a los derechos humanos y las amenazas a la democracia en Venezuela, lo que marcó una diferencia clara de posicionamiento frente al régimen de Maduro.
Aun así, Lula subrayó la necesidad de avanzar en mecanismos regionales más sólidos para combatir el crimen, al señalar que actualmente no existe una instancia sudamericana que lidere ese proceso de manera coordinada. Por ese motivo, anunció que Brasil y Uruguay propondrán una reunión regional de ministros de Justicia.
En otro tramo de su intervención, el mandatario brasileño puso el foco en la violencia de género y citó datos de la Cepal que indican que América Latina registra once feminicidios diarios. En ese contexto, pidió a Paraguay, que asumirá la presidencia temporal del Mercosur, que impulse un pacto regional para combatir el feminicidio y la violencia contra las mujeres.