Este viernes, el juez Rafael Escot fue apartado del segundo megajuicio por los abusos sexuales que ocurrieron en el instituto Próvolo por verse envuelto en la polémica luego de interrumpir la declaración de una víctima y decir que "es un diálogo de sordos". 

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Por ese motivo, el fiscal de delitos sexuales, Alejandro Iturbide, y los querellantes particulares solicitaron la recusación del Escot por "sospecha de perdida de imparcialidad, trato discriminatorio y negación de acceso a la justicia".

"Constituye una expresión que debería evitarse a todas luces, justamente tratándose de un juicio donde la mayoría de los principales testigos son sordos o hipoacúsicos", consideró Iturbide. 

La resolución del Segundo Tribunal Colegiado lleva la firma de las juezas Gabriela Urciuolo, María Belén Salido y María Belén Renna.

El hecho sucedió el martes pasado, cuando las partes se disponían a tomarle declaración a una víctima de abuso que actualmente vive en Salta, quien tuvo problemas de conectividad y la falta de iluminación en la sala provocó una confusión entre el declarante y su intérprete de lengua de señas. 

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Fue en ese momento en que el juez perdió la paciencia por la situación, por lo que su par, María Belén Salido, pidió tolerancia y el magistrado respondió: "Tengo la tolerancia doctora, lo que pasa es que quiero que conteste la pregunta, y que la fiscalía le marque, si no, no podemos avanzar. No es falta de tolerancia, es falta de criterio". 

"Que conteste lo que se le preguntó. Se le preguntó con quién vivía en Salta, si no sabe contestar esto no se puede hacer un diálogo, es un diálogo de sordos, y no es cuestión de Presidencia o no Presidencia, es cuestión de falta de coherencia de relato. Si la persona no tiene coherencia en el relato, no podemos estar escuchándolo directamente. Terminemos la audiencia porque no tiene coherencia en el relato. Y lo estamos advirtiendo todos. Es una pérdida de tiempo realmente", apuntó.