La ola de calor llegó a la provincia y permanecerá hasta el martes 10. Los golpes de calor y quemaduras de la piel se encuentran entre las principales amenazas en estos días. Síntomas y medidas a tener en cuenta
A partir de este jueves 5 de enero hasta el próximo martes 10, Mendoza estará en alerta amarilla por temperaturas extremas, que irán desde los 23 a los 39 grados centígrados. Cuáles son los principales síntomas y qué hacer en caso de un golpe de calor.
Ante las temperaturas extremas propias de la época, la población suele buscar alternativas para combatir el calor y seguir con sus rutinas. Sin embargo, en algunos casos, las distintas actividades elegidas terminan repercutiendo fuertemente en la salud.
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Es importante tener especial cuidado con los grupos de riesgo: bebés, niños, personas mayores, embarazadas o en lactancia, con enfermedades crónicas, sobrepeso y quienes viven en situación de calle.
Las olas de calor se dan en períodos de al menos tres días consecutivos, en el que las temperaturas aumenten de forma excesiva. Por ello, se da con mayor facilidad y frecuencias que las personas sufran agotamientos de calor o golpes de calor, ya sea en interiores o al aire libre. Para poder actuar, se vuelve crucial saber identificar los síntomas:
Sudoración excesiva.
En los bebés, puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).
Piel pálida y fresca.
Sensación de calor sofocante.
Sed intensa y sequedad en la boca.
Calambres musculares.
Agotamiento, cansancio o debilidad.
Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.
Dolores de cabeza.
Irritabilidad, llanto inconsolable en los más pequeños.
Mareos o desmayo.
Golpe de calor, situación muy grave
Temperatura del cuerpo 39°C – 40°C o mayor, medida en la axila.
Piel roja caliente y seca: se agota la transpiración.
Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
Dolor palpitante de cabeza.
Alteración del estado mental y del comportamiento, como vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
Convulsiones.
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Cuidar la hidratación y la alimentación: dar el pecho a los lactantes con mayor frecuencia; ofrecer a los niños abundante agua segura y jugos naturales durante todo el día; no consumir bebidas con cafeína o con alto contenido en azúcar, como las gaseosas corrientes; incorporar verduras y frutas a la alimentación.
No exponerse al sol directo entre las 10 y las 16.
Reducir la actividad física en los horarios de mayor calor.
Vestir con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros.
Bañar y refrescar a los niños con frecuencia.
Mantener a los niños, los mayores y las personas más vulnerables, en lugares bien ventilados, usar ventiladores o aire acondicionado -ya sea en casa o lugares públicos- cuando la temperatura ambiente es muy elevada.
No consumir bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido.
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Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada, para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
Para reducir la temperatura corporal, hay que quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
Debe beber agua fresca, pero de a poco.
Una vez recuperada, se la debe llevar al centro de salud más cercano.
Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.