En su cumpleaños número 11 recibió de sorpresa un teclado donado y restaurado por Gabriel Mignani, un profesor que ideó una propuesta llamada “Doná música, recibí una sonrisa”.
* Por Cecilia Corradetti
Una niña hermosa y amante de la música llamada Eluney Zamorano; un profesor puro corazón: Gabriel Mignani y una vecina solidaria de nombre Ludmila Mateo Ferrer son los protagonistas de una historia simple e inspiradora que permitió a una chiquita de Guaymallén recibir el instrumento que tanto ama justo el día de su cumpleaños.
Eluney vive en Lavalle, en el medio del campo, con menos posibilidades –y oportunidades-- que muchos chicos de su edad. Se acercaba su cumpleaños y llegó a oídos de su mamá una propuesta solidaria llamada “Doná música, recibí una sonrisa” que lleva a cabo el profesor de guitarra Gabriel Mignani.
Gabriel suele recibir donaciones de guitarras, teclados, violines, flautas y todo tipo de instrumentos que él acondiciona con sus manos mágicas y luego los dona a niños o jóvenes que no pueden comprarlos.
Ludmila donó el teclado que Eluney tanto anelaba y Gabriel juntó un dinero a través de rifas para comprar el transformador que hacía falta para que el elemento quedara perfecto.
“Se lo llevé justo para su cumple número 11. Su historia me conmovió ¡Cómo no darle una mano! Ella ama la música, pero a su familia se le hacía imposible acceder a un teclado para que pueda estudiar en la Escuela Astor Piazzola. La sonrisa de Eluney fue todo. El abrazo que me dio me lo dejo para mí. Gracias Ludmi por abrir tu corazón”, escribió Gabriel en sus redes sociales.
“Se nos hacía muy difícil comprar un teclado, al menos en este momento. Ella cumplió 11 años pero desde muy chiquita que ama la música. Mi hermana la regaló hace años un charanguito de madera que sonaba muy lindo y ella andaba con el instrumento para todos lados”, recuerda su mamá, Jennifer.
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Poco después, el charango se rompió y fue un dolor muy grande para Eluney. Nunca más pudieron comprarle otro.
El tiempo fue pasando hasta que, dos meses atrás, en la escuela artística Julián Aguirre, donde concurre la niña, un profesor les permitió a los chicos permanecer una hora más de clase para aprender a tocar los instrumentos que desean.
“Fue una idea excelente pero, claro, mi hija ya no tenía su instrumento. Mi hermana le regaló una flauta en marzo y comenzó a quedarse en la escuela intentando aprender. Sin embargo, el teclado era lo que más amaba, fue allí cuando lo pidió pero le dijimos que debía esperar un tiempo”, relató.
Jennifer se puso en contacto con Gabriel, quien puso manos a la obra de inmediato.
Al recibir el obsequio inesperado, Eluney pudo complementar sus estudios en la escuela de Artes Astor Piazzola con el mismo profesor que la alentó a seguir en el mundo de la música.
“Desde que Gabriel le trajo el teclado no hace más que dedicarse a aprender y me quedé sorprendida con los avances. Nos llenó el corazón, la visita de Gabriel fue una sorpresa, yo nunca le había dicho nada”, expresó su mamá.
A la hora señalada, el día del cumpleaños, su mamá le dijo que una sorpresa la esperaba afuera. “Salió con muchas dudas y cuando le dejó el teclado el abrazo que le dio fue inolvidable. La verdad es que está feliz”, expresó.
“Es dura para las emociones, pero así y todo se le llenaron los ojos de lágrimas”, dijo.
El hermanito menor de la protagonista de esta historia, de 4 años va por el mismo camino, cuenta su mamá.
“La verdad, la música nos gusta mucho en casa, siempre estamos escuchando algún ritmo. Además, vamos a una iglesia, entonces de allí que a él también le llama tocar la batería. Se armó una casera con tarros de dulce de leche y su hermana le fabricó una caja chayera que le habían enseñado en la escuela”, concluyó, para volver a agradecer la oportunidad de cumplir este pequeño gran sueño.
Cómo ayudar
Quienes tengan instrumentos musicales en desuso y deseen donarlos para los chicos que los necesitan pueden contactarse con Gabriel Mignani al 2616 65-7096.