La fuga de dos detenidos de la Comisaría 12° de San Martín, ocurrida en la madrugada del miércoles, provocó la inmediata intervención de la Inspección General de Seguridad (IGS). 

El organismo abrió una investigación sumaria para determinar si existió responsabilidad administrativa por parte de los tres policías que estaban de turno durante el escape. El episodio, que expuso fallas en los protocolos de custodia, vuelve a generar interrogantes sobre la vigilancia en las dependencias del Este provincial.

El plan de fuga y las sospechas de negligencia

El titular de la IGS, Marcelo Puertas, explicó que los efectivos fueron puestos a disposición de Sanidad Policial. Por el momento, permanecen apartados de tareas críticas hasta que la pesquisa interna logre establecer si su conducta contribuyó —por acción u omisión— a la evasión de los internos. La Comisaría 12° ya había sido objeto de cuestionamientos por incidentes previos, lo que incrementa la gravedad del hecho.

La fuga se produjo cerca de las 6 de la mañana en la seccional ubicada sobre calle Bailén. Si bien inicialmente se creyó que los presos habían forzado una ventana, la reconstrucción posterior reveló que los detenidos ejecutaron un plan más complejo y silencioso. Los internos hicieron un boquete en una pared interna del sector de alojamiento y, a través de ese hueco, lograron acceder a los techos de las viviendas linderas, desde donde concretaron la huida sin ser advertidos.

La complejidad de la maniobra y el tiempo que debió insumir el boquete abrieron inmediatos interrogantes sobre la periodicidad y eficacia de las rondas de control en el calabozo. Cuando el personal notó la ausencia de los internos, estos ya habían abandonado el perímetro. Inmediatamente se montó un operativo de búsqueda que incluyó drones de la división VANT y el alerta a todas las comisarías cercanas de la zona Este.

Un dato que aumentó las sospechas de fallas previas en la vigilancia es que, en paralelo a la huida, otros dos presos intentaron aprovechar la confusión generada para escapar, pero fueron reducidos a tiempo tras un forcejeo con los policías de guardia que reaccionaron a la alerta.

La Oficina Fiscal de San Martín instruye la causa penal por la fuga y ya solicitó diversas medidas para establecer cómo se ejecutó la huida y si hubo colaboradores. La investigación se centra en los dos prófugos, ambos con antecedentes por violencia de género, lo que añade peligrosidad a su situación actual. Uno de ellos es Enzo Leonel Páez, de 34 años, detenido por abuso sexual con acceso carnal agravado por uso de arma de fuego. El otro es Emiliano Carlos Jofré, también de 34, alojado por tenencia ilegal de arma de fuego, quien también contaba con causas previas ligadas a agresiones hacia exparejas.