Un truco casero combina el popular adhesivo instantáneo con bicarbonato de sodio y logra una unión firme en segundos. Es ideal para reparar objetos de plástico, cerámica o madera.
Cuando una pieza se rompe y no hay herramientas a mano, una mezcla casera puede ser la solución. Combinar “La Gotita” o cualquier adhesivo instantáneo con bicarbonato de sodio genera una reacción que endurece al instante, creando una unión resistente que permite reparar objetos domésticos con facilidad.
La combinación resulta especialmente útil en materiales rígidos como plástico duro, cerámica, metales livianos o madera seca. El bicarbonato acelera el secado del pegamento y forma una base sólida que actúa como relleno, ideal para unir o reforzar piezas pequeñas.
Para aplicarlo, se coloca una mínima cantidad del adhesivo sobre la zona dañada y se espolvorea bicarbonato encima. En pocos segundos la mezcla se endurece, por lo que conviene trabajar con precisión. Una vez seca, puede lijarse para emparejar la superficie y recuperar la forma original del objeto.
Aunque no reemplaza un pegamento estructural para grandes cargas, este método resulta efectivo y económico para arreglos caseros cotidianos, como tazas fisuradas, juguetes, tapas o soportes que perdieron estabilidad.