La poda de verano se ha consolidado como una práctica esencial para los vecinos mendocinos que buscan fortalecer el crecimiento de sus plantas y mejorar la estructura de su arbolado. A diferencia de la poda invernal, esta etapa requiere cortes mínimos y estratégicos que favorecen la ventilación y el control del tamaño. Realizar este mantenimiento de forma correcta permite evitar complicaciones sanitarias y asegura que las especies conserven energía para los ciclos venideros.

Beneficios para frutales y especies de decoración

Los árboles frutales, muy presentes en los huertos y patios de la provincia, son los principales beneficiarios de este procedimiento, especialmente aquellos que ya completaron su ciclo de producción. Especies como cerezos, ciruelos y manzanos requieren una limpieza de ramas débiles o brotes que crecen hacia el interior de la copa. Esta limpieza post-cosecha ayuda a regular la energía del árbol, reduce el riesgo de hongos por humedad y mejora la calidad de los frutos del próximo año.

En el caso de los ornamentales y arbustos, el verano es el momento ideal para intervenir justo después de su etapa de floración primaveral. Las especies de sombra que generan copas demasiado densas o los arces decorativos agradecen un recorte suave para mantener su armonía estética. Esta intervención no busca modificar la estructura principal, sino permitir que la luz penetre en las ramas interiores, evitando que el ejemplar se debilite por falta de sol en su núcleo.

Los arbustos también encuentran en esta estación el periodo perfecto para su mantenimiento, especialmente aquellos que florecen temprano. Al eliminar las ramas viejas o desgastadas después de que caen las flores, se estimula la aparición de yemas más vigorosas. Además, es la oportunidad justa para controlar el tamaño de la planta y evitar que invada caminos o espacios de tránsito en el jardín de casa.

Es importante destacar que la poda de verano debe ser leve, funcionando más como un servicio de peluquería que como una cirugía mayor. Un exceso de corte durante los meses de calor intenso podría estresar a la planta o exponer el tronco a quemaduras solares directas. Por ello, los expertos recomiendan realizar estas tareas durante las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más moderadas.

Finalmente, mantener la sanidad del jardín mediante la poda estival repercute directamente en la biodiversidad del hogar. Un árbol bien ventilado y con luz suficiente es menos propenso a plagas, lo que reduce la necesidad de utilizar agroquímicos. Con estas intervenciones simples, se logra un espacio verde más equilibrado, saludable y preparado para enfrentar lo que queda de la temporada calurosa en Mendoza.