La psicóloga Cecilia Ortiz habló en Aurora sobre este sentimiento tan recurrente y, a la vez, difícil de controlar.
La cuarentena, que ya no se reconoce como tal pero que sigue entre nosotros como una serie de restricciones a las que no estábamos acostumbrados, parece no terminar más.
En este contexto en el que cuesta visualizar una salida, la ansiedad ha sido un sentimiento recurrente y difícil de controlar. La psicóloga Cecilia Ortiz habló en Aurora 91.3 sobre esta situación.
“La ansiedad es todo un tema y sobre todo en esta época que nos toca vivir. Surge fundamentalmente en momentos de desconocimiento de qué es lo que va a pasar. Nuestro cerebro necesita dar una explicación a lo que nos pasa, es como si tuviésemos un gran radar detectando situaciones de peligro para que podamos adaptarnos y cuidarnos. Nos anticipamos demasiado y tratamos de traer al presente un futuro incierto, entonces surge la ansiedad”, explicó.
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“Frente a la ansiedad tenemos que manejar las variables que tenemos a mano. Concentrarnos en lo que está sucediendo ahora y a partir de eso controlar los pensamientos que nos llevan adelante o hacia atrás. La propuesta es controlar los pensamientos de situaciones que no están ocurriendo”, agregó.
Y señaló que “la ansiedad puede llegar a transformarse en un cuadro psicopatológico. Tenemos los llamados trastornos de ansiedad, que son personas que no pueden llegar a controlar sus pensamientos, los pensamientos se apoderan de ellos”.
Aunque aseguró: “Siempre hay un monto de ansiedad para vivir, es nuestra nafta o nuestro motor. La primera señal de alarma es cuando siento que interfiere en mi vida cotidiana, ese es el momento de consultar”.
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Sobre la situación de los niños, que no son ajenos en este momento tan particular, expresó: “Los chicos son grandes imitadores de lo que ven en los adultos, aprenden por lo que nos ven. Necesitan que los llevemos, con el ejemplo, a lograr el control. Es fundamental la relajación y la respiración”.
“Los chicos disfrutan un montón las actividades, pero nosotros como adultos tenemos que generar el espacio, sentarnos a jugar con ellos. Los chicos de hoy no manejan la frustración, no tienen el concepto de espera. Si nosotros nos tomamos el tiempo de enseñarles, también les estamos enseñando a manejar situaciones complejas y a manejar su ansiedad”, completó.
Y cerró: "Entender que hay cosas que no puedo manejar. Es un aprendizaje".
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