Una mujer de 45 años murió el mes pasado tras descompensarse luego que se le aplicara un tratamiento estético denominado carboxiterapia en Concordia, Entre Ríos, y su familia quiere que se investigue al instituto por mala praxis. 

La carboxiterapia es un tratamiento estético que consiste en la aplicación de inyecciones de gas carbónico por debajo de la piel para eliminar la celulitis, estrías, grasa localizada y la flacidez de la piel, esto debido a que el gas carbónico inyectado estimula la circulación celular y la oxigenación de los tejidos. 

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“Son micro-inyecciones del gas dióxido de carbono que es lo que nosotros exhalamos cuando respiramos, es un gas relativamente inocuo, y se inyecta a nivel cutáneo y subcutáneo para liberar los tabiques fibrosos que genera la celulitis y así mejorar el aspecto "poseado" o la piel de naranja que genera la celulitis”, explicó el Dr. Sebastián Torre, Jefe de servicio de Cirugía Plástica del Hospital Italiano, en Aurora 91.3. 

“Es un tratamiento de la medicina estética que tiene que ser realizado por un médico especializado. La medicina estética no es una especialidad de residencia, es una especialidad que se adquiere mediante cursos privados. Es muy importante que el centro donde elijan hacerse el tratamiento esté habilitado por el Ministerio de Salud y que los profesionales sean médicos especializados en lo que vayan a hace”, añadió el Dr. Torre en Buenos días Aurora. 

Además, sostuvo que “el tema de la mala praxis en los resultados de las cirugías estéticas es muy subjetivo. Cuando involucra un daño a nivel de la salud del paciente, estamos hablando de una mala praxis objetiva”. 

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“Lo que está estigmatizado es que cuando se muere alguien o pasa algo en las cirugías estéticas es como una gran noticia. Nosotros no nos enteramos cuando se muere alguien por una cirugía cardiovascular por ejemplo, es algo que todos sabemos que puede pasar. Pero si muere alguien por algo estético se entera todo el mundo. No es que sea algo con mucha frecuencia, pero cuando ocurre se enteran todos”, reconoció. 

Torre indicó que las consultas más recurrentes siguen siendo por el aumento mamario, aunque señaló que “dependen del rango de edades”. 

También, hizo una autocrítica a la profesión: “Es muy importante saber cuándo decir que no, cuándo no operar. Pero los pacientes cuando realmente quieren hacerse algo, van a llegar a la persona que se los vaya a hacer. Y después vemos esos malos resultados”.

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