El arquero Nahuel Losada fue la figura excluyente, atajando tres penales y escribiendo una página dorada en la historia del club.
El estadio fue testigo de una final disputada al extremo, donde el nerviosismo se impuso a la creatividad desde el pitazo inicial. El partido se cerró en la mitad de la cancha, con pierna fuerte y sin espacios para los talentosos como Marcelino Moreno. Fue un duelo táctico que, a pesar de la tensión, no tardó en inclinarse en favor de la posesión y las chances del equipo brasileño.
Atlético Mineiro encontró el camino después de los 15 minutos, generando situaciones claras que se estrellaron contra la muralla defensiva de Lanús. El “Galo” mereció el gol en varias oportunidades, destacándose un remate a quemarropa de Guilherme Arana y un infernal tiro libre de Bernard que impactó directamente en el palo. El elenco brasileño fue el dueño de la pelota en la segunda mitad, mientras que el equipo de Pellegrino se replegó, apostando a alguna contra esporádica, como la acción individual de Castillo que fue desviada.
El asedio continuó con remates de Dudu y Junior Alonso, pero la defensa y la figura de Losada sostuvieron el cero. El alto desgaste físico comenzó a hacer mella en ambos planteles y el final de los 90 minutos encontró a los jugadores exhaustos, haciendo inevitable la prórroga.
En el tiempo extra, Mineiro renovó energías con los cambios, pero Lanús logró emparejar el trámite gracias a las cuatro sustituciones propuestas por su entrenador. La recta final fue puro padecimiento, con la tensión del público y el cansancio dominando el juego. Lo que parecía un cierre infartante alcanzó su punto máximo cuando Hulk habilitó a Biel, y Losada tapó el mano a mano de forma increíble, manteniendo viva la ilusión argentina.
La épica del encuentro continuó en la tanda de penales, que resultó ser eterna, con un total de 14 ejecuciones. Lanús estuvo varias veces a punto de abrochar el campeonato, pero la serie se alargó en un festival de dramatismo. Fue allí donde Nahuel Losada, que ya había sido fundamental durante el juego, se erigió como la figura indiscutida al tapar tres disparos desde los doce pasos.
Lanús sufrió, tuvo que remarla durante más de dos horas en un encuentro inolvidable para finalmente desatar el grito de campeón. Las lágrimas de sus jugadores y el festejo de sus hinchas no son para menos, ya que esta conquista significa la emoción de lograr el segundo título en la historia del club en la Copa Sudamericana.