El sábado por la noche, la provincia de Mendoza se vio envuelta en la nostalgia y la euforia por el regreso de Los Piojos. La banda regaló un enérgico show a los más de 30.000 espectadores que no dejaron ni un segundo de corear y mover sus banderas durante el ritual.

El recital de una de las bandas de rock nacional que une a, al menos, tres generaciones de argentinos, fue un evento ansiado en Mendoza. Es que, en 2007, Los Piojos se presentaron por última vez en Malargüe, poco tiempo después, comenzó su largo período de inactividad.

Lógicamente, su regreso fue agradecido en la tierra del Sol y del Buen Vino con gritos, aplausos y mucha alegría desde las gradas del icónico teatro griego y la altura de los cerros.

Allí, entre mantas, banderas, algo "para picar" y bebidas para saciar la sed, miles de "piojosos" vieron salir al escenario al frontman, Andrés Ciro Martínez, a las 21:40 de la noche.

No obstante, la euforia comenzó horas antes con la apertura de las puertas a las 17 o, si se tiene en cuenta la "obligada" previa, con asados y recortadas entre amigos para rememorar aquella adolescencia noventera y dosmilera musicalizada por "Como Alí" y "Ruleta".

De hecho, fue esta última la canción elegida para dar inicio a un nuevo ritual que se extendió por casi 3 horas. Martínez salió al escenario con un largo tapado rojo de cuero que, a lo largo de la noche, fue mutando en diferentes looks.

La bajista Luciana Valdés (Luli Bass) y el tecladista mendocino Juan Emilio Cucchiarelli también deslumbraron por la noche del sábado con su toque personal en "Tan Solo" y "Ruleta", respectivamente.

Pasada la medianoche, tras un recital hipnótico y fiel a su estilo, Martínez sacó su armónica para entonar el Himno Nacional Argentino. "No se preocupen. No pasarán 15 años para vernos de nuevo", fue la promesa de la banda a mediados de abril, luego de que anticiparon que el 24 de mayo concluirá "el reencuentro Piojoso".