La incertidumbre sobre la cobertura de medicamentos era uno de los principales focos de desconcierto entre los afiliados.
La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) ha tomado una decisión extraordinaria en su Consejo Superior: otorgar un millonario subsidio de $420 millones al Departamento de Asistencia Médico Social Universitario (DAMSU), su obra social, que atraviesa una severa crisis financiera con "números en rojo".
El auxilio económico tiene como principal objetivo urgente recomponer el stock de medicamentos y comenzar a mitigar el abultado déficit que actualmente asciende a $290 millones.
La inyección de dinero proviene del canon mensual que el Banco Patagonia, agente financiero de la universidad, abona a la institución. Los $420 millones estaban originalmente destinados a proyectos comunes de las unidades académicas o al pago de servicios básicos, de acuerdo con la ordenanza de presupuesto de este año.
La secretaria general de la UNCuyo, Estefanía Villarruel, explicó que el Consejo Superior decidió modificar el destino de esos fondos. Esto significa que las facultades, aunque comprendieron la gravedad de la situación —"la Universidad está peleando para que DAMSU se salve", indicaron desde Ingeniería—, deberán resignar estos recursos que hubieran podido utilizar para sus propios proyectos. El Rectorado priorizó el rescate del departamento asistencial que nuclea a más de 27.000 afiliados.
La situación de DAMSU se complejizó notoriamente desde el inicio de 2024, coincidiendo con la desregulación del sistema de salud. Villarruel señaló que este contexto generó "aumentos importantes en prestaciones", impactando directamente en los costos operativos de la obra social. A esto se suma que "con los sueldos bajos significa menos ingresos al departamento asistencial".
El punto más crítico se alcanzó en mayo, cuando el déficit mensual superó los $400 millones.
Ante la escalada de la deuda, la UNCuyo comenzó a trabajar sobre dos ejes: ingresos y gastos. Entre las modificaciones más significativas para aumentar la recaudación se encuentra la modificación en el cálculo del aporte de los afiliados obligatorios. Desde abril, el 6% de la contribución se aplica sobre la retribución a jornada completa, y ya no solo sobre la retribución bruta.
Además, se ajustó la escala de rango etario para los afiliados adherentes, estableciendo una diferencia de hasta tres veces entre el rango base y el mayor.
Estas medidas ya arrojaron resultados, logrando reducir el déficit de la cifra de mayo a los 290 millones actuales.
La incertidumbre sobre la cobertura de medicamentos era uno de los principales focos de desconcierto entre los afiliados. Los 420 millones del subsidio serán destinados prioritariamente a cancelar parte de la deuda con proveedores, buscando mejorar las condiciones de compra, y así ir recomponiendo el stock de la farmacia.
Actualmente, el stock de medicamentos es equivalente a solo el 75% del existente en enero de 2025. La secretaria general de la UNCuyo proyectó una recuperación lenta pero sostenida, asegurando que la situación debería normalizarse en 15 meses a partir de abril de este año, con mejoras significativas recién visibles en el segundo semestre de 2026.