Florida vive un alza en los pacientes hospitalizados con COVID, provocados por el aumento de casos de la variante Delta, lo que podría resultar en nuevas restricciones en la vida diaria.

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Florida, cuyo gobernador se ha resistido a los mandatos de mascarillas o vacunas, tiene uno de los peores brotes en Estados Unidos y cerca de una cuarta parte de los pacientes de COVID hospitalizados del país, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

La directora de la asociación de hospitales de Florida dijo que el aumento actual hizo que las hospitalizaciones por COVID se dispararan a 10.000 desde 2.000 en menos de 30 días, aunque las muertes se han mantenido muy por debajo del pico anterior.

El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, también hizo sonar la alarma, instando, pero no obligando a los bares, restaurantes y otras empresas a exigir que todos los clientes se vacunen antes de ingresar.

También indicó que las vacunas podrían volverse obligatorias para los trabajadores de asilos de ancianos, profesores y trabajadores de la salud si el número de casos no mejora.

"Si no está vacunado, la variante Delta debería ser una preocupación importante para usted y debería preocuparse por ella", comentó.

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