El pasado lunes, se dio a conocer una noticia que impresionó a más de uno: la justicia falló a favor de una joven mendocina que era obligada a usar calzas dos talles menor en su trabajo en una estación de servicio. 

Analía Bittar, la abogada de la empleada, habló en exclusiva en Un Día Perfecto sobre el caso que llevó adelante, y la repercusión que tuvo. 

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“Este caso llega a mis manos en el mes de noviembre de 2013, porque la trabajadora había recibido sanciones. Entonces requiere la consulta profesional para poder impugnar esa sanción que se le aplicaba. Ahí es cuando ella pone en conocimiento fehaciente de que ella no se sentía bien con esas calzas, porque atentaban contra su sentido personal del pudor, que le resultaban cómodas porque no tenía ningún compartimiento para guardar el dinero. Y que, a su vez tanta insistencia de la empresa, se siente discriminada", resumió lo sucedido la letrada, dejando en claro, además, los sentimientos de la afligida. 

Ese fue el inicio de un largo procedimiento legal, en búsqueda de justicia laboral: "Reiteró el pedido de unos pantalones con su talla, que era talla 38, porque las calzas que se le daban no eran apropiadas para su contextura física. Ante la falta de respuestas, alegó discriminación, a su vez, la empresa que fundaba su negativa en ciertas contrataciones que tenía con la petrolera, y la imagen que esta imponía con sus dependientes, la colocó en situación de abandono de trabajo". 

Pero este no sería el primer caso. Desde hace años se viene escrachando a diferentes estaciones de servicio por el mismo requerimiento en cuanto al uniforme. “El doctor Valerio ha fijado en el fallo ciertos precedentes de la corte en tema de discriminación, pero me asombra el bum que ha causado en diferentes partes de país", expresó la letrada. 

Sin embargo, el caso se dio en 2012, y recién ahora se pudo dar el fallo, por lo que la abogada expresó: “Hubo una demora interesante, pero fue en la cámara. No hubo tanto desgaste probatorio como en otras causas, porque los intercambios ya habían quedado acordados. Si hubo una pericia contable que alega que había sufrido daño psicológico y moral, y esa fue la prueba madre. Pero en la suprema corte en un año se obtuvo una respuesta favorable". 

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En cuanto a la identidad de la empleada, se desconoce. “No encuentro fundamentos en la necesidad de prestación del servicio. Ella está retraída, y no le gusta la repercusión que ha tenido. Prefiere reservarse ahora que está abrumada", mencionó. 

Se refirió también a las mujeres que pasan por situaciones similares por parte de sus empleadores: "Estaba tan naturalizado esto hace un tiempo atrás, que lo aceptan. No saben que no tiene por qué aceptar condiciones no razonables y que van en contra de la dignidad. Esto se planteó antes, y para mí la Ley con este tema está mucho antes".

Y agregó: "Me bastó la Ley de Contrato de Trabajo y la Ley de Prohibición de Actos Discriminatorios para defenderla. Tuve solamente estas herramientas. Lo que si ayuda es el cambio de los paradigmas y el cambio de conciencia". 

Finalmente, aconsejó: “La subsecretaría de trabajo y empleo, hay una oficina de violencia laboral, porque este es un hecho de violencia contra la mujer. Pero hay que ser valientes y animarse. La Ley tiene herramientas para defender a las trabajadoras. Hay que lograr un cambio para los demás". 

Escuchá la entrevista de Un Día Perfecto: