Pese a que su principal contrincante tiene definidos sus candidatos principales desde hace tiempo, la Unión por la Patria aún no logra llegar a un consenso y los nombres que suenan son muchos.
Solo faltan 72 horas para el vencimiento del plazo para presentar a los candidatos ante la Justicia electoral, y en el peronismo nacional se percibe un clima de tensiones y especulaciones en relación a la definición de candidaturas y la conformación de las listas electorales.
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Según fuentes cercanas al gobierno, existe la creencia de que Daniel Scioli, el actual embajador en Brasil, estaría dispuesto a retirarse de la contienda política, pero con una condición excluyente: negociar mejores lugares en las listas y así asegurar una posición de relevancia política.
En contraste, el campamento de Scioli ha respondido con determinación y aseguró que sus intenciones no son meramente especulativas. Para respaldar su posición, el exgobernador de Buenos Aires y su equipo presentaron impugnaciones al reglamento de Unión por la Patria, redactado por Máximo Kirchner en colaboración con los intendentes.
Estas acciones han generado un clima de irritación en el sector kirchnerista del gobierno, que ve en ellas un desafío a la autoridad y a los acuerdos establecidos.
Cristina Kirchner, por su parte, aún no ha anunciado públicamente a su candidato favorito para encabezar la boleta presidencial. Si bien no se han dado argumentos claros sobre su demora, en su espacio político admiten que aún se contempla la posibilidad de que Scioli se retire de la competencia, dejando vía libre para una lista única.
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No obstante, desde hace algún tiempo se baraja el nombre del Ministro de Interior, Wado de Pedro, como el candidato del kirchnerismo más duro. Ya consiguió buena parte del aparato de La Cámpora y del kirchnerismo y lo acompañan todos los recursos y fondos del ministerio para proyectarse en el país.
El ministro trabaja a contrarreloj para atraer apoyos por fuera de las fronteras del mundo K y ya consiguió la venia del líder gastronómico Luis Barrionuevo –enemigo político histórico de Cristina- y el clamor de la CTA, de Hugo Yasky.
Otro de los que se perfila es un aliado al peronismo, pero no pertenece a ellos -o por lo menos, no como afiliado al PJ-. Se trata de Sergio Massa, el Ministro de Economía que ya intentó presentarse en 2015 y en 2019 volvió a integrar el armado peronista.
En medio de las negociaciones con el FMI, el "superministro" busca impulsar su nombre dentro del espacio peronista con la intención de llegar a ser presidenciable y ser tenido en cuenta para competir, así sea en una lista única o en las PASO.
Es por eso que canceló su viaje a los Estados Unidos y su reunión con el Fondo, por lo menos hasta que se definan los candidatos, plazo que estará vigente hasta el próximo sábado.
En los últimos días, el que "andaba con ganas de presentarse" es Juan Manzur, y de hecho, ya lanzó su campaña política anunciándose como precandidato a presidente.
El gobernador de Tucumán y ex Jefe de Gabinete manifestó su deseo de ser un candidato presidenciable luego de que la Justicia le denegara la posibilidad de volverse a presentar como gobernador de su provincia tras la presentación de la oposición por irregularidades.
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"La fuerza del interior nos une. Juan Manzur Presidente", rezan los carteles con letras blancas sobre fondo azul, que empapelaron algunas de las principales arterias del centro porteño como la Avenida de Mayo y Belgrano.
Tras el contundente triunfo de su vicegobernador en las elecciones tucumanas, Osvaldo Jaldo, el mandatario provincial subrayó, en declaraciones al diario La Gaceta: "Me dieron por muerto y aquí estoy, subido a una probable postulación. Habrá un amigo o una amiga que me promoverá. Eso está por verse en los próximos días".
Mientras tanto, el frente opositor Juntos por el Cambio ya ha anunciado cómo estarán conformadas sus principales fórmulas y algunos de los nombres que figurarán en las listas de diputados de la provincia de Buenos Aires. Esta anticipación por parte de la oposición contrasta con la indefinición en el oficialismo, lo que añade presión y exigencias para tomar decisiones rápidas y consensuadas.
En este contexto, el desenlace de las negociaciones en el ala kirchnerista dependerá del poder de influencia de los "duros" y, en última instancia, de la determinación de Scioli. En los últimos días, los seguidores de Cristina Fernández de Kirchner han intensificado sus acciones para convencer a Scioli de retirarse de la contienda. Han abandonado las declaraciones públicas en su contra y han comenzado a actuar a través de las vías más extremas de la técnica jurídica electoral.
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Además, han obtenido el respaldo de los factores de poder del peronismo, que controlan la estructura territorial, para socavar las pretensiones de Scioli y las de la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, quien también aspira a ser precandidata en la provincia de Buenos Aires.
En la elaboración de las listas electorales para la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner redactó un reglamento que coloca en desventaja a la minoría dentro del espacio político. Ante esto, los intendentes más poderosos del conurbano y los gobernadores del Partido Justicialista (PJ)