Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión con la finalidad de promover la concientización y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial, condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Y ha sido una de las enfermedades de base más mencionadas en relación a las complicaciones de la COVID-19, ocupando uno de los primeros lugares de la lista de alarma de los grupos de riesgo.

“Es una enfermedad crónica que tiene una prevalencia del 34% de la población adulta. Anteriormente las encuestas de factores de riesgo se hacían telefónicamente, y en la última, que fue en el año 2018, se detectó, tomando la presión presencialmente, que eran mucho más los pacientes, como jóvenes adultos que no sabían de esta condición. De ese 34% la mitad aproximadamente, se consideran personas sanas”, explicó el Dr. Nelson Fredes, médico cardiólogo, en Aurora 91.3

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Según explicó Fredes, "normalmente la sangre fluye o circula por onda de pulso generada por el corazón, y para poder movilizar esa sangre a través de los circuitos, lo hace por diferencia de presión. Esta presión está regulada, entre otras cosas, por la vaso-constricción, es decir, la contracción de las capas musculares de las arterias, lo que hace que se genere una mayor o menor presión en el circuito. En una persona sana, no debe superar los 140 de sistólica (máxima) y 90 de diastólica (mínima) o 14/9 como lo conocemos coloquialmente. “Los cardiólogos decimos que si tenes 14/9 debés considerarte hipertenso y si tenes por encima de 120 hasta 140, pre-hipertenso”.

La hipertensión puede dividirse en dos: primaria y secundaria. La primaria, que no tiene origen aparente o reconocido, constituye un porcentaje alto de los casos. La secundaria es que acompaña a otra enfermedad, como pueden ser tumorales, insuficiencias renales, o distintos tipos de enfermedades que pueden afectar la tensión arterial, y corresponde a un grupo menor. “El problema grave que tenemos es que la gran mayoría no tiene síntomas, por eso le decimos el enemigo silencioso. La mayoría tiene una vida normal, algunos pueden tener dolores de cuello, de nuca, de cabeza o trastornos en la concentración por ejemplo, pero son los menos. La gran mayoría no siente absolutamente nada. Nosotros pedimos, a través de una campaña entre las Asociaciones de Cardiología y el Ministerio de Salud de la Nación, que se llama “Conocé tu presión”, que las personas se controlen al menso dos veces al año, ya que es la manera más efectiva de saber qué presión tenemos, mencionó el Dr. Fredes.

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Es fundamental que el tratamiento farmacológico se entienda como una “pata” del proceso, los hábitos saludables son indispensables: “Nosotros decimos que es necesario un estilo de vida sano, comer saludable, evitar los tóxicos como el tabaquismo, el alcohol, etc. Y en cuanto a la actividad física es recomendable realizar al menos 30 minutos diarios. Todo vale, aquellos que tienen problemas en las rodillas, por ejemplo, podes hacer actividad en tu casa. Lo importante es disminuir el consumo de sal. En Argentina, el 20% de la población le echa sal a la comida antes de haberla probado, además consumimos 12 gramos diarios cuando la OMS recomienda como límite de consumo saludable, 6 gramos, es decir, que estamos consumiendo el doble de lo que debemos”.  

Como conclusión, Fredes hizo hincapié en la consulta con el cardiólogo aún en contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio, e instó a los pacientes hipertensos a no abandonar, bajo ningún aspecto, los protocolos de medicación indicada por su médico de cabecera.  

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