El truco que recomiendan los especialistas domésticos combina sal y bicarbonato de sodio con un poco de aceite neutro para que los polvos adhieran y actúen sobre las manchas y los residuos. La aplicación es simple: espolvoreá sal y bicarbonato en el interior del inodoro, añadí unas cucharadas de aceite para que la mezcla se fije y dejá actuar varias horas o durante la noche antes de enjuagar.

Cómo aplicarlo paso a paso

Materiales: sal, bicarbonato de sodio, aceite neutro, agua caliente y jugo de limón opcional. Primero retirás la bolsa o residuos sueltos y esparcís 250 g de sal y 250 g de bicarbonato cubriendo las zonas manchadas. Agregá 25 cucharadas de aceite neutro (suficiente para humedecer la mezcla) y dejá actuar. Antes de enjuagar podés verter un chorrito de jugo de limón para potenciar el efecto antibacteriano; luego volcá agua caliente y accioná la descarga. Si quedan manchas, repasá con cepillo.

Por qué funciona y recomendaciones finales

La sal y el bicarbonato actúan como abrasivos suaves y absorbentes que eliminan olores y residuos; el aceite ayuda a que la mezcla permanezca en contacto con las superficies, y el agua caliente facilita el desprendimiento. Es una alternativa económica que reduce el uso de químicos agresivos: aplicala una vez por semana o cada 10–15 días según el uso, ventilá el baño tras el procedimiento y evitá exagerar la cantidad de lavandina al mezclarla con otros componentes.