La llegada de diciembre trae consigo el clásico ritual de armar el arbolito de Navidad. Sin embargo, antes de rearmar la decoración, es crucial realizar una limpieza profunda al árbol artificial. A lo largo del año, incluso guardado en su caja, el material plástico acumula polvo, humedad y partículas que deben ser eliminadas. 

Este proceso es simple y ayuda a descartar incluso restos de insectos que pudieron refugiarse en el interior. Para comenzar, se recomienda retirar el árbol con suavidad y colocarlo en una zona amplia para trabajar con comodidad y seguridad.

La mezcla casera de agua y vinagre que desinfecta las ramas

Para llevar a cabo esta tarea, no es necesario recurrir a productos complejos. La solución ideal se compone de una mezcla simple de agua, jabón neutro y vinagre blanco en partes iguales. Será necesario un paño o bayeta de microfibra humedecido en esta solución para trabajar sobre el tronco, la base y, especialmente, en las sumatorias de ramas donde suele asentarse la mayor suciedad.

El proceso comienza con un sacudón suave del árbol para liberar el polvo más grueso, siendo recomendable usar una mascarilla si se tiene sensibilidad a las partículas. Luego de pasar un paño seco para retirar la mayor cantidad de suciedad, se aplica la mezcla de limpieza con pasadas firmes. Si el árbol presenta una acumulación profunda de polvo, se puede utilizar una aspiradora en velocidad mínima con boquilla para tapicería como apoyo.

Es importante tener especial atención con los modelos blancos o flocados, ya que delatan manchas con facilidad. En estos casos puntuales, si las manchas son muy resistentes, se puede recurrir a oxígeno activo o lavandina muy diluida, aplicándolo solo en las zonas afectadas. Una vez finalizada la limpieza, el árbol debe ser colocado en un espacio ventilado y dejarse secar de manera completa durante al menos un día entero, asegurando que no quede humedad antes de iniciar la esperada decoración.