El meteorólogo Fernando Jara adelantó que el último día del año será sofocante, con una máxima de 37 grados. Existe probabilidad de tormentas aisladas para el momento del brindis.
Ya comenzó la última cuenta regresiva del 2025 y, como ocurre cada diciembre, la pregunta sobre el estado del tiempo se vuelve el centro de todas las charlas familiares. En Mendoza, donde la tradición de la cena al aire libre es casi un mandato, el pronóstico para recibir el 2026 se presenta como un factor determinante. Según destacó el meteorólogo Fernando Jara, la semana estará marcada por un calor intenso y una inestabilidad creciente que afectará directamente los festejos de fin de año.
El lunes arrancó con nubosidad variable y una máxima de 33 grados, pero el termómetro seguirá subiendo. Para el martes se espera que la temperatura trepe hasta los 35 grados, manteniendo la posibilidad de tormentas aisladas hacia la tarde-noche. El escenario se volverá aún más sofocante el miércoles 31 de diciembre: se estima una mínima de 21 grados y una máxima que alcanzará los 37 grados, convirtiendo al último día del año en una jornada de calor extremo en todo el territorio provincial.
La clave para la noche de Año Nuevo radica en la inestabilidad. Jara advirtió que hacia la noche del miércoles y la madrugada del jueves podrían desarrollarse tormentas y actividad eléctrica en diversos sectores de la provincia. Si bien no se espera una lluvia generalizada, la posibilidad de chaparrones repentinos obliga a los mendocinos a tener preparado un "plan B" bajo techo para evitar que el agua interrumpa la cena o el brindis de medianoche.
El primer día de 2026 mantendrá la tónica veraniega. El jueves 1 de enero la máxima volverá a rondar los 37 grados con poca nubosidad, ideal para quienes decidan pasar la jornada en la pileta, aunque la inestabilidad regresará hacia la noche. Recién el viernes se sentirá un alivio real con el ingreso de un frente fresco y ráfagas de viento que harán descender el termómetro hasta los 32 grados, marcando un necesario cambio de masa de aire.
Ante este panorama, la recomendación de los expertos es clara: precaución con la exposición al sol durante el día y flexibilidad para la logística nocturna. Como recordaba el meteorólogo local con la clásica frase de la "mesa con rueditas", la agilidad para trasladar el festejo bajo techo será fundamental. Con máximas tan elevadas, la hidratación constante y el cuidado de los alimentos frente al calor serán los otros grandes protagonistas del último brindis del año.
En definitiva, Mendoza despedirá el 2025 con un clima típicamente estival y algunas nubes amenazantes. Quienes opten por cenar en patios o jardines deberán seguir de cerca las actualizaciones de los radares de contingencias climáticas. El 2026 asoma con temperaturas muy altas, recordándonos que el verano mendocino no dará tregua en este arranque de temporada.