Adentrarse en el corazón de Argentina es descubrir la autenticidad de sus pequeños pueblos. En la provincia de Jujuy, Tilcara, con apenas 6.000 habitantes, se ha consolidado como un destino turístico que resplandece por su carácter único. Situado a 85 kilómetros de la capital jujeña, este rincón andino se alza majestuosamente en la Quebrada de Humahuaca, rodeado de cerros coloridos y ríos serpenteantes, ofreciendo paz y un rico legado cultural.

Arquitectura andina y herencia milenaria

El encanto de Tilcara no reside en la modernidad, sino en sus construcciones históricas. Sus casas de adobe y piedra, con característicos techos de cardón y calles angostas, se fusionan de manera orgánica con el paisaje. Este escenario, que evoca la historia andina, se complementa con una fuerte herencia cultural, preservada en el Museo Arqueológico local, que exhibe cerámicas, tejidos y valiosos restos precolombinos de la civilización omaguaca.

El turismo en Tilcara combina aventura y serenidad. Para los amantes de la historia, las mañanas en el Pucará de Tilcara, una imponente fortaleza preincaica, son obligatorias. Quienes buscan conectar con la naturaleza pueden optar por caminatas que llevan a la asombrosa Garganta del Diablo o a miradores con vistas al valle, donde los tonos ocres y verdes de la primavera pintan el paisaje. Además, el pueblo ofrece rutas de trekking que descubren mercados artesanales.

La experiencia se completa en la mesa, donde Tilcara deleita con sus sabores regionales. Las empanadas de llama, las humitas y los dulces de cayote son protagonistas en los comedores familiares, que ofrecen un ambiente cálido y recetas ancestrales. 

Estos platos se maridan a la perfección con los vinos torrontés de altura, haciendo de Tilcara una joya de Jujuy donde la tradición y la naturaleza se entrelazan en un destino inolvidable.