Se abrieron los sobres de la licitación y son seis las empresas que pugnan por concretar las tareas.
La Subsecretaría de Infraestructura y Desarrollo Territorial dio un nuevo paso en la concreción del proyecto para el control de torrentes en la cuenca 301, en la cerrillada Mogotes, entre las cuencas Frías y Maure, en Godoy Cruz. El director de Gestión de Proyectos y Contratos, Emanuel Juan, abrió los sobres de la licitación para conocer las propuestas técnicas y económicas que presentaron las empresas interesadas. Participó en el acto el titular de la Dirección de Hidráulica, Pablo Rodríguez.
Hormimac SA, Machines & Truck Argentina SA, Brizuela y Villafañe SRL, Design Wes Plan SAS, Apolo Sur SA y Saxon SA son las firmas que compiten por realizar las tareas. Las ofertas serán analizadas por el equipo evaluador de la Subsecretaría, que determinará cuál es la propuesta más conveniente, e inmediatamente después de la firma del contrato de adjudicación comenzarán los trabajos.
El proyecto está previsto para que se retengan y retarden los escurrimientos de las aguas mediante el diseño y la construcción de pequeñas obras hidráulicas. Se harán terraplenes transversales a los cauces de agua para retención y control.
El área urbana del Gran Mendoza está expuesta a riesgos aluvionales por las intensas lluvias convectivas que se registran durante el período estival. Por esta razón, desde la Dirección de Hidráulica del Ministerio de Ambiente y Energía se planifican obras de retención, regulación y encauzamiento de cauces para proteger a la población de los efectos que provocan los torrentes aluvionales.
Además, como elemento de seguridad adicional, se construirá un vertedero en hormigón armado para evacuar cualquier excedente sin provocar la pérdida de material del terraplén, que podría degradar su estructura, y así mantener el grado de riesgo hidrológico en niveles aceptables.
De esta manera, se disminuirá el efecto erosivo de las escorrentías en el cauce, se reducirá el riesgo de los habitantes y bienes privados y públicos por posibles crecientes aluvionales, y también se estimulará la infiltración del agua en el suelo para mejorar el hábitat natural y preservar el medio ambiente.
Durante la obra, se afectarán los espacios mínimos para la construcción de cada retención y, a la vez, se extraerán los elementos nocivos para las cuencas, como escombros, desechos plásticos y chatarra, entre otros.
En el mismo sentido, se utilizarán caminos existentes para los movimientos del equipo. No se afectará el paisaje, ya que la flora nativa que se erradicará será la estrictamente necesaria para la construcción de las obras de retención. Luego se restaurará en las condiciones naturales mediante la reimplantación de especies vegetales arbustivas, cactáceas y gramíneas nativas.
El proyecto no implica la modificación de la topografía natural del terreno, ya que la superficie ocupada por las obras de retención es mínima. Por este motivo, y al no realizarse movimientos de suelos importantes, este impacto se considera compatible con el medio ambiente.