Más de un centenar de niños y adolescentes aún esperan una familia.
El camino para adoptar puede ser un proceso complejo, cargado de expectativas y, a menudo, frustración. Si bien los procedimientos se han agilizado con el tiempo, la realidad social del país y, en particular, de Mendoza, se ha convertido en un factor determinante. Los datos recientes muestran una preocupante tendencia a la baja en la cantidad de familias que se inscriben en los registros de adopción, a pesar de que hay niños y adolescentes que ya tienen la "declaración de adoptabilidad" y esperan ser acogidos.
En Argentina, la adopción está regulada por la Ley Nacional Nº 24.779, aunque cada provincia tiene su propia normativa complementaria. El Registro Provincial de Adopción en Mendoza, un organismo que depende de la Suprema Corte de Justicia, ha reportado una caída significativa en la cantidad de inscriptos. Durante 2024, 162 familias mostraron interés en adoptar, un número que se redujo a solo 80 en lo que va de 2025.
Esta baja en la demanda no se corresponde con la realidad de los niños que esperan una familia. En 2024, en la provincia se lograron 128 vinculaciones, mientras que en lo que va de 2025 ya se han concretado 78. La brecha se hace más evidente al considerar que 114 niños y adolescentes con sentencia de "declaración de adoptabilidad" aún esperan por una familia que los acoja.
Los especialistas señalan que el contexto social y económico actual influye directamente en la decisión de las familias, que se enfrentan a desafíos financieros y emocionales que complican el compromiso a largo plazo que implica una adopción.