En una noche que ya estaba destinada a la historia, el estadio Mas Monumental se convirtió en el escenario del último capítulo oficial de Lionel Messi en Argentina, marcando el fin de una era dorada para el fútbol nacional. El encuentro ante Venezuela, por la fecha 17 de las Eliminatorias Sudamericanas, se transformó en una emotiva despedida del astro rosarino ante la afición que lo vio crecer hasta convertirse en campeón del mundo.

El ambiente festivo y nostálgico del estadio se intensificó con un momento que captó la atención de todos: en la previa del encuentro, mientras realizaba los movimientos precompetitivos, Lionel Messi fue visto visiblemente conmovido, al punto de emocionarse hasta las lágrimas. Un gesto genuino que revela el profundo lazo que une al capitán con su gente y su país, un lazo forjado a lo largo de 20 años defendiendo la camiseta nacional.

Esta noche quedará grabada en la memoria colectiva como el cierre de un ciclo irrepetible, una despedida que, a pesar de la melancolía, se celebró con el orgullo de haber presenciado en carne propia el legado de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.