Las redes sociales se han convertido en una herramienta más que poderosa en donde cada usuario puede expresar su malestar ante una situación que considera injusta, obteniendo una respuesta casi inmediata por parte de la comunidad que lo ayuda a darle visibilidad con tan solo un click.

Compartiendo, comentando o simplemente con un “like” empieza a girar la rueda y es imposible pararla. Este método es, sin dudas, mucho más eficiente y veloz que un reclamo tradicional.

Y funciona. Fue a través de Facebook que una familia mendocina denunció un hecho de discriminación que rápidamente se hizo viral.

La publicación en la que denunciaron el hecho

En la publicación, las chicas narraron cómo en un bar ubicado en Godoy Cruz se sintieron discriminados por intentar ingresar con su hermano en silla de ruedas. En diálogo con ADN País, Silvia (la mamá) dio detalles de aquella frustrada salida con sus hijos.

“Nos pasó algo muy triste, porque nos hicieron una pregunta muy fuerte cuando llegamos, no nos dijeron ni buenas noches y la pregunta fue ‘¿qué necesitan?’ Si vamos a un bar, no es para comprar pan; cuando dijimos que queríamos tomar algo nos dijeron que cerraban a las 22 y eran las 21.40. Cuando pasamos más tarde y vimos todo abierto nos dio una impotencia, una bronca, una angustia”, relató.

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“Mis hijas se enojaron mucho y querían bajar, pero en el estado que estábamos, tan enojados, no iba a valer la pena porque íbamos a terminar mal, a los gritos y no íbamos a solucionar nada”, agregó.

“Fue un estado de discriminación, porque no encontramos otro motivo; no íbamos mal vestidos, somos gente de clase media bien, no había nadie borracho como para decir que se reservaban el derecho de admisión. Entendemos que fue una discriminación”, aseguró Silvia.

“Nos fuimos a otro lado y nos atendieron perfecto”.

Luego de que la publicación se viralizara, el dueño del lugar se puso en contacto con la familia y ofreció sus disculpas, incluso los invitó a volver al lugar.

El dueño del lugar se puso en contacto y dio su versión

“Nos invitó a ir, pero la verdad que no tengo ganas de volver, de encontrarme a la misma moza, que ni siquiera sé si fue la moza o es un escudo ahora y ligó ella. Cuando te tratan mal en un lugar lo que menos querés hacer es volver”, reconoció Silvia.

Denunciar o actuar

Tras el mal trago, Silvia llamó al Inadi pero no obtuvo respuestas: “Me cansé de llamar. Después cuando me habló el dueño del lugar quedamos en buenos términos y por eso no llegó a más”:

“No hice una denuncia formal, pero como somos un grupo de padres auto convocados cuando les conté surgió la idea de hacer algo, que me pareció interesante. Salió el tema ¿y por qué no vamos todos? Un grupo de personas con discapacidad a ver qué pasa. Si molestó una silla, qué puede pasar con 20”, contó.

Otros temas que preocupan

“Lo que nos está pasando a la mayoría de los papás de chicos con discapacidad es el tema de la accesibilidad que, si bien ha mejorado con el transcurso de los años, no deja de haber todavía lugares inaccesibles”.

“Uno son las veredas. Por más que digan que hay rampas en muchas esquinas, yo los invito a que transiten con nosotros por las veredas de Mendoza y la mayoría son inaccesibles; o por altura, o porque están rotas, si bien se ha mejorado un montón, todavía falta”, reflexionó Silvia respecto de una problemática que sufren a diario.

Transitar por las veredas en silla de ruedas no es fácil

“Y pasa en las cercanías de lugares como centros de rehabilitación o plazas, nos ha pasado de no tener rampas. Todavía pasa y para acceder a muchos lugares tenemos que ir por la calle. Esto ya no debería ser un problema”.

Silvia contó además que enfrente de su casa hicieron una plaza sin las comodidades necesarias para que su hijo pueda disfrutarla: “Pedí por las rampas y presenté la nota en el municipio. Me la recibieron pero todavía no hay respuestas, la envié hace ocho meses, la misma semana que estaban terminando de inaugurar la plaza”.

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“Cuando salimos nos pasa también, nos pasó ahora, ellos te dicen que es muy accesible pero habían piedras y para llegar con una silla de ruedas hay que levantarla y poder ingresar. Nos pasan estas cosas o nos dicen que tienen baños habilitados cuando están obligados a tenerlos y a veces están mal usados; nos ha pasado que como tienen menos uso los tienen para guardar cosas por ejemplo”, agregó.

El poder de las redes sociales

Silvia se mostró gratamente sorprendida con la reacción de la gente en las redes: “Fue tremenda, buenísima, nos han acompañado de todos lados con excelentes respuestas y no "matando" al lugar. El mendocino acompaña mucho a la persona con discapacidad y tiene empatía en estas situaciones en las que uno se siente tan discriminado como familia”.

“Saber que tantos mendocinos sintieron empatía por lo que vivimos, la verdad que es maravilloso”, añadió y cerró: “Un montón de padres que conozco me hablaron y me contaron de situaciones parecidas que les había pasado en otros lugares y esto no puede seguir pasando, esta discriminación la tenemos que erradicar totalmente, ya no tenemos que hablar de inclusión sino de convivencia y eso es muy importante”.